La relación comercial entre EE. UU. y China ha dado un giro histórico con la imposición de un arancel del 145% por parte de EE. UU. a las importaciones chinas. Esta medida, parte del plan arancelario de Trump, ha intensificado las tensiones comerciales y está transformando las rutas de envío, los centros de producción y las estrategias de abastecimiento a nivel global.
La guerra comercial comenzó en 2018 durante la administración Trump, con aranceles crecientes sobre productos chinos. Después de una breve pausa en 2020, las tensiones se reavivaron en 2025 con el anuncio del arancel del 145%. China respondió con un arancel del 125%, paralizando casi por completo el comercio bilateral (Reuters).
Sin embargo, en un desarrollo significativo, el presidente Trump anunció el 22 de abril de 2025 que estos aranceles elevados “bajarán sustancialmente, pero no llegarán a cero”, lo que indica una posible desescalada en la guerra comercial.
La estrategia estadounidense combina varios factores:
Los aranceles recíprocos también presionan a los aliados para renegociar acuerdos comerciales favorables a EE. UU.
China ha adoptado un enfoque estratégico:
También está intensificando su participación en acuerdos regionales y la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Las empresas han modificado sus rutas de producción y abastecimiento:
Este panorama añade complejidad logística, pero reduce la dependencia de un solo país.
Los Emiratos Árabes Unidos, especialmente Dubái, se han convertido en un nodo clave:
El país se posiciona como un centro de reexportación seguro y eficiente.
Los efectos del conflicto comercial están acelerando cambios estructurales:
Las empresas deben adoptar cadenas de suministro resilientes y adaptables.
iContainers desempeña un papel importante al ayudar a las empresas a adaptarse a las cambiantes dinámicas del comercio. Al ofrecer flexibilidad en las rutas, comparaciones de precios en tiempo real y visibilidad en los procesos aduaneros y tiempos de tránsito, estas herramientas permiten una toma de decisiones más rápida y ayudan a mitigar los riesgos asociados con interrupciones impulsadas por políticas.
Conclusión:
La escalada arancelaria entre EE. UU. y China es más que un enfrentamiento diplomático; representa un punto de inflexión para el comercio global. Las empresas que comprendan y se adapten a estos cambios —mediante la diversificación geográfica, la innovación logística y el uso de herramientas digitales— estarán mejor posicionadas para navegar el panorama comercial en evolución.
No obstante, la política arancelaria sigue siendo impredecible. Aunque se han implementado muchos aranceles, algunos se han retrasado o eximido con poco aviso. Cambios recientes—como la eliminación del umbral de $800 libre de impuestos—añaden aún más incertidumbre. Recomendamos contactarnos directamente para obtener la información más actualizada, ya que estos cambios pueden afectar los envíos y los costes sin previo aviso.
Referencias:
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