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Cómo puede afectar una inspección al precio final del transporte marítimo

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Autores - Albert Planas
Actualizado en 12 Jan 2024
9 min de lectura
FCL Marítimo
LCL Marítimo
Flete aéreo

Una de las preguntas más habituales que nos hacen en iContainers, una vez cotizados los envíos de transporte marítimo solicitados, es la siguiente:



“¿Este es el coste total que tendré que pagar?”



A efectos de precios cotizados para el flete marítimo, la respuesta tendría que ser que sí.


Pero la realidad es que, dada la complejidad del sector logístico, particularmente la del transporte marítimo internacional, existen una serie de incrementos inesperados de precio que pueden surgir como consecuencia de situaciones ajenas a nuestra potestad.


Y la mayor parte de estas situaciones tienen que ver con uno de los momentos clave del envío, el despacho de aduanas.


Cuando un contenedor llega a las aduanas pueden suceder tres cosas, que se conocen como canal verde, naranja y rojo en un despacho de aduanas.


Canal verde significa que todo ha ido bien y el contenedor está listo para ser despachado; canal naranja significa que las aduanas necesitan revisar la documentación aportada con más detalle o solicitar algún documento adicional antes de decidir si el contenedor será despachado o inspeccionado; y canal rojo significa que, inevitablemente, nuestra mercancía será retenida para su inspección.


Cuando el contenedor entra en canal naranja, aumentan las posibilidades de sufrir incrementos en el precio del transporte marítimo. El contenedor será retenido en las aduanas hasta que esté claro que puede ser despachado. Si requieren documentación adicional, una espera de varios días podría convertirse en extracostes en forma de ocupaciones y demoras.


Pero si el contenedor entra en canal rojo, después de haber pasado por el canal naranja, o si desde el principio se detecta una anomalía y se marca una inspección, podemos estar 100% seguros de que tendremos que asumir costes adicionales de transporte marítimo.


Inspecciones de contenedor físicas y con escáner


Existen dos tipos de inspección de contenedor de los que se derivan costes muy diferentes.


La opción más sencilla es la de la inspección con escáner. En este tipo de inspección no necesitan abrir el contenedor, por lo que se puede realizar la inspección en poco tiempo y el coste es mucho menor. En muchos casos sólo se cobra el coste de transportar el contenedor hasta el escáner y, en ocasiones, algunos gastos de gestión.


Si durante la inspección con escáner determinan que todo está correcto, de acuerdo a la documentación aportada, el contenedor pasará a canal verde. En este caso lo más probable es que no se derive ningún otro gasto adicional.


Pero si observan algo extraño, la inspección no terminará en el escáner. El contenedor será trasladado a la zona del puerto conocida como PIF (Puesto de Inspección Fronterizo) donde procederán a realizar una inspección física, con el objetivo de abrir el contenedor para sacar muestras y comprobar que las mercancías se corresponden exactamente con las declaradas.


La inspección física siempre implica más costes que la inspección con escáner. El primer coste que se deriva es el del transporte hasta el PIF. En el caso de la inspección con escáner, la ubicación del escáner varía de puerto a puerto, pero habitualmente se encuentra en instalaciones cercanas a donde se realiza la revisión de la documentación. Sin embargo, el PIF se encuentra en una zona fuera del puerto y no sólo se tendrá que transportar el contenedor sino que además requerirá la presencia de policía y el agente de aduanas durante la inspección.


¿Cuánto puede costar una inspección física?


El precio de una inspección física puede variar considerablemente en función de la complejidad de la inspección. Dependiendo del tipo de mercancía, por ejemplo si está paletizada o no, de si sacan alguna muestra de la zona delantera o quieren acceder y revisar el contenedor completo, el precio podría ir de los 200 a los 800 euros.


Por este motivo, no es posible predecir el precio que tendrá una inspección física, pero existen precios orientativos facilitados por las aduanas para los distintos tipos de inspección física de contenedor.


Posicionado con apertura de puertas: este tipo de inspección es el posicionado más sencillo e implica el transporte del contenedor hasta el PIF y la apertura de puertas para ver la mercancía de las primeras cajas. Precio: a partir de los 240 euros.


  • Posicionado de pasillo paletizado: es muy similar al posicionado con apertura de puertas, pero en lugar de coger una muestra de las primeras cajas, se forma un pasillo dentro del contenedor para poder ver la mercancía del fondo. Precio: a partir de los 280 euros.


  • Posicionado de pasillo no paletizado: se trata de nuevo de hacer un pasillo para poder inspeccionar el fondo, pero como la carga no va paletizada, la complejidad es mayor. Precio: partir de 340 euros.


  • Posicionado con vaciado completo paletizado: retiran del contenedor todas las cajas y las revisan una por una o aleatoriamente. Precio: a partir de 590 euros.


  • Posicionado con vaciado completo no paletizado: se vacía el contenedor por completo, como en el caso anterior, pero la carga no está paletizada. Es la opción más compleja y con un mayor coste. Precio: a partir de 800 euros.



Las consecuencias de una inspección física


Una vez que se produce una inspección física de contenedor, los costes aumentan y las complicaciones también.


Por eso es importante estar preparado para las posibles consecuencias, particularmente las relacionadas con costes, retrasos y daños en la mercancía.


Aumento de los costes de transporte marítimo


Una inspección física puede desbaratar por completo el presupuesto de una campaña de importación o exportación, especialmente cuando no se cuenta con que esta posibilidad a la hora de calcular los márgenes en la compraventa internacional.


Como hemos visto, los costes de una inspección varían considerablemente, pero como norma general, el impacto se notará más siempre en aquellos envíos con costes de transporte marítimo más bajos.


Por ejemplo, si un envío de contenedor de 20 pies a China tiene un coste de 800 euros, un posicionado con vaciado completo podría llegar a doblar el coste total del transporte marítimo. Un exportador en esta situación que no haya previsto la posibilidad de una inspección podría perder no sólo su margen comercial en la operación, sino también su dinero.


Pérdida del buque y retrasos


Una inspección física nunca tiene lugar en el mismo momento en el que las aduanas deciden que el contenedor debe ser inspeccionado.


Por un lado, deben asignar un momento y espacio para la inspección, de manera que esta podría tener lugar al día siguiente o en los próximos días. Por otro lado, las autoridades aduaneras que realizan la inspección lo hacen a conciencia. Si tienen que inspeccionar caja por caja, una inspección puede durar todo el día.


Eso quiere decir que, si la inspección se realiza en los dos días posteriores a la detención del contenedor, si la han realizado con rapidez y si todo está correcto, puede que el contenedor sea despachado a tiempo para coger el barco. Pero si tardan mucho en proceder con la inspección o si piden documentos adicionales que retrasan el despacho unos días más, lo más probable es que no se pueda coger el barco.


Perder el barco significa que podrías faltar a tus compromisos comerciales o perder la confianza de tus clientes, pero también más costes adicionales. Dependiendo de la frecuencia de salida del barco y de los días libres concedidos por la naviera, podrías encontrarte sumando extracostes de ocupaciones y demoras a una factura de transporte marítimo ya de por sí abultada con los cargos de la inspección.


En el caso de los contenedores reefer, los extracostes asociados a los días adicionales que el contenedor pasa en el puerto suelen ser más altos. Los días libres de ocupaciones y demoras para este tipo de contenedores siempre son menores, por lo que empiezas antes a pagar estos extracostes. Además, cada día adicional que un contenedor reefer pasa en el puerto se paga un extracoste de conexiones, que son los gastos que genera el contenedor cada día que está conectado a la electricidad para mantener la temperatura.


Daños en la mercancía


Si la carga queda paralizada en el puerto durante más tiempo del que habías previsto, la humedad y el calor que se generan dentro del contenedor podrían afectar al estado de la mercancía. Y a pesar de que este retraso se haya producido por causas ajenas a tu voluntad, la responsabilidad de que las mercancías se mantengan en buen estado en todo momento recae sobre ti.


Por eso es muy importante considerar todos los escenarios y tener en cuenta la posibilidad de una inspección a la hora de proteger y preparar la mercancía.


Cómo planificar tu envío para minimizar las consecuencias de una inspección


Hay estadísticas que apuntan a que sólo entre el 2% y el 10% de todos los contenedores son inspeccionados en todo el mundo, aunque dependiendo del tipo de mercancía, del destino de la carga o de si el exportador es más o menos experimentado, las probabilidades de sufrir una inspección varían considerablemente. Pero es importante que cualquier exportador tenga en cuenta que esa posibilidad siempre existe.


Por eso lo más importante que podemos hacer es planificar para minimizar las consecuencias en caso de que se produzca una inspección. Y aquí la clave es contar con suficiente tiempo para despachar, evitar perder el barco y acumular ocupaciones y demoras.


No existe un plazo temporal único recomendado. Hay casos en los que hará falta contar con algunos días extra, por ejemplo si se trata de una mercancía que requiera el cumplimiento de varias normativas y requisitos para pasar el despacho de aduanas o si la documentación depende de organismos públicos para su validación.

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